Historias de pandemia que enaltecen la figura de nuestros deportistas en su preparación para Tokio 2020. En esta tercera entrega, nuestra badmintonista nos narra por qué está viviendo el momento más esperado de su carrera.

La lista de clasificados a Tokio 2020 seguía creciendo mientras Daniela Macías vivía un vaivén de emociones, enfrentando cada torneo y encuentro con la esperanza de alcanzar una posición en el ranking que le permitiera lograr el cupo soñado. Había perdido demasiado tiempo durante el 2020. En el bádminton, perder una o dos semanas afecta tu estilo de juego y el timing para pegarle a la pluma. Daniela tuvo que estar lejos de las canchas por más de tres meses. 

“Al inicio lo vio como un merecido descanso a los viajes y competencias”, comentó la celeste en una entrevista hace algunas semanas. Sin embargo, el estrés y la frustración llegó al notar que otros países se reactivaban deportivamente. En el bádminton competir significa subir en el ranking. Daniela, desde el confinamiento, no solo perdía entrenamientos, también bajaba en el ranking. 

Pero finalmente, lo consiguió. Tras volver a las canchas y disputar cuanto torneo pudo, nuestra deportista llegó al puesto 37, ingresando a la lista selecta de 42 clasificados de esta disciplina. Para ella, este es el resultado de un sueño que tiene desde los últimos 10 años, etapa en la que ingresó a la selección peruana y decidió vivir para viajar y competir sin descanso, para estudiar por las noches o en los vuelos de regreso al país.

En los últimos dos meses se dedicó exclusivamente a prepararse para Tokio. Contó con entrenadores, canchas y los suficientes recursos para realizar al detalle su plan físico y psicológico. Dejó atrás la carga de los viajes y competencias para enfocarse en lo más importante: ella misma.

Hoy su meta más grande se cumplió y está lista para demostrar sus habilidades en la cancha. En un año difícil para el país, Daniela Macías se entrega a su reto más ambicioso y busca regalarnos una alegría con una medalla olímpica.