Nacido de las entrañas del blues, su influencia se expandió con el country, el folk, el jazz e, incluso, la música clásica. Acá, en el Perú, lo podríamos reconocer en artistas que van más allá de las normas de una salsa e, incluso, una cumbia o un huaino. Meterse de lleno aquí es desafiar los cánones en el nombre del arte. Porque el rock, señores, va más allá de un género: es una actitud.